domingo, 16 de agosto de 2015

Queriéndose a sí mismo



Cada uno de nosotros maneja algún concepto de sí mismo, además de un nivel valorativo respecto a cómo creemos ser y lo que en verdad somos. Las personas que nos rodean en general tienen alguna opinión acerca de nuestra conducta o actitudes, de hecho, es común observar lo fácil que es emitir juicios acerca del otro antes de hacerlo sobre sí mismo, y en caso de hacerlo, por supuesto en casos puntuales, encontraremos a alguien que haga hincapié en sus defectos. El egocentrismo se puede detectar con facilidad, y en ocasiones, algunas personas confunden esto con quererse a sí mismo, con que tiene autoestima alta, y tanto en teoría como en práctica, son aspectos diferentes.

Quererse a sí mismo supone hablar de aquello que nos moviliza, de eso que nos gusta hacer y que no importa si toca repetirlo muchas veces, ya que lo disfrutamos. Pero más allá de eso, tiene que ver con la valía personal, con la cantidad y calidad de cariño que me doy y si realmente eso representa afecto o si lo estoy haciendo para complacer a alguien más. El diccionario de psicología de José Gregorio Bello Porras define la autoestima como la "evaluación que el individuo hace y comúnmente mantiene sobre sí mismo (...) indica la extensión en la que se cree a sí mismo capaz, próspero y meritorio" es entonces un juicio acerca de la propia persona y podemos medirla mediante actitudes o conductas que van a indicar si existe una autoestima elevada o baja y allí podemos ver qué tanto nos queremos o qué tanto nos detestamos. 

Las personas con autoestima elevada reconocen sus virtudes y disfrutan ser como son, también reconocen cuando cometen errores y establecen estrategias para resolverlos, asumen riesgos y el miedo los moviliza, suelen ser creativos y originales, proyectan afecto por sí mismos, se interesan por servir a otros, se esfuerzan por lograr sus objetivos, manejan adecuadamente sus emociones, son asertivos, no le temen a lo que otros puedan decir sobre ellos, suelen ser excelentes líderes y se hacen responsables de las consecuencias de sus actos. Aunque parece que describí a alguien "perfecto", una persona con un nivel de autoestima demasiado elevado podría llegar a sobrevalorar sus propias virtudes, ya que enaltece cada aspecto de sí mismo, y esto pasa a ser negativo cuando llega al punto de colocar estas cualidades por encima de las de otros, aquí sí estaríamos hablando de egocentrismo, que es un indicador de inmadurez emocional. 

Una autoestima estable nos permite reconocer las propias virtudes, aprobarlas y también reconocer nuestros defectos sin ser autolesivos consigo mismos, tratando de mantener una visión equilibrada acerca de lo que pensamos que somos, por más que existan situaciones donde haya tristeza, las personas con autoestima estable experimentan emociones displacenteras sin dejar que afecten significativamente el valor que se dan a sí mismo, al contrario, es una forma de autoconocimiento que le dará la oportunidad de crecer espiritualmente, tratando dentro de lo posible de evitar ser arrogante o dañar a otros con sus actitudes.

Por otro lado, las personas con autoestima baja suelen presentar otras características de personalidad que afectan cada área de su vida, tornándose difícil la interacción social, el decir lo que piensan, sienten culpa por algún error aunque sea pequeño o culpan a otros de sus errores, suelen aislarse, no manejan adecuadamente sus emociones, son poco arriesgados, tienden a depender de otros, son pasivos y pesimistas por excelencia, le temen a la evaluación que otros hagan sobre ellos, mantienen pensamientos negativos acerca de quienes son y desconocen sus capacidades, se dan por vencidos con facilidad y en general no se sienten a gusto con quienes son. Las consecuencias de una autoestima baja incrementan la vulnerabilidad a la depresión, afecta la sociabilidad y debilita el sistema inmunológico e impide el mantenimiento de emociones positivas.

Entonces, la autoestima y el nivel de esta va a constituir el valor que tiene la persona de sí mismo, en cambio, lo que conocemos como autoconcepto tiende más a "la opinión que una persona tiene sobre sí misma y que está asociado a un juicio de valor positivo o negativo, que se forma a través de la interacción social, tanto a partir de la propia observación como de la imagen que los demás tienen de él (o de la imagen que parecen tener, en función de su comportamiento)", estos conceptos tiene que ver con nuestro Yo Real y Yo Ideal, siendo el primero "lo que soy aquí y ahora" o "lo que soy realmente" y el segundo "qué y cómo me gustaría ser", es decir, los atributos que nos gustaría poseer. También, de acuerdo con la teoría cognitiva, se habla de un Yo Obligado que tiene ver con los atributos que creemos poseer, "qué tengo la obligación de alcanzar"

Hay estudios que indican que las personas que mantengan una discrepancia entre el Yo Ideal y el Yo Real padecerán tristeza y sentimientos de inseguridad, mientras que la discrepancia entre el Yo Real y el Yo Obligado producirán activación, agitación y ansiedad. Además, se sostiene que el autoconcepto puede modificarse de acuerdo con situaciones externas, ya que la experiencia y los cambios nos llevan a asumir nuevos roles, lo que va a influir en nuestra identidad social. 

¿Ya sabes qué tan cerca está tu Yo Ideal de tu Yo Real?

Por último, la autoeficacia va a componer otra dimensión de quienes somos, ya que trata específicamente de la evaluación de las capacidades personales, es decir, qué tan capaz somos de llevar a cabo una tarea, que no quiere decir sentirnos a gusto con ella. Podemos ser eficaces haciendo algo que realmente no nos gusta hacer, por esto, el quererse a sí mismo es un compendio de actitudes y conductas que no sólo están influenciadas por lo que somos realmente sino también por lo que nuestro entorno y personas significativas piensan de nosotros, además de la percepción de las propias capacidades. 

Si aún no sabes qué tanto te quieres, qué opinas de ti (y qué piensan otros) y qué tan capaz eres, comienza tratando de separar lo que es tuyo y lo que opinen los demás, que si bien va a formar parte de tu autoconcepto, lo adecuado es equipararlo con la realidad, tal como puedes hacerlo percibiendo tus capacidades y dándote cuenta que no siempre lo malo o lo bueno que crees de ti, es así.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario