viernes, 3 de enero de 2014

Lo que piensas, lo que pienso




Críticas, opiniones, percepciones, puntos de vista, apreciaciones y otros sinónimos le damos al pensamiento expresado. Lo que decimos de nosotros, lo que decimos del otro, es una serie ideas que llegaron a nuestra mente y en un santiamén lo dijimos todo (o casi todo). Es bien cierto que nadie posee la verdad, yo creo que cada quien posee SU verdad y esta puede diferir libremente de otras "verdades", que al final son una visión parcial, porque no estamos capacitados para abarcarlo absolutamente todo. El margen de error nos acecha, ¿O esto no es así? Y debemos vivir con eso, de hecho, vivimos con eso aunque hayan muchos obsesivos incansables en búsqueda de la perfección.

Lo que piensas (y lo que pienso) proviene de una estructura mental única, llena de creencias, emociones, sensaciones, de experiencias que ya no tenemos idea de cuántas son, del carácter, el temperamento, la capacidad de interacción, la inteligencia, la aptitud y la actitud... Infinidad de atributos que se van transformando, que los cambiamos hasta sin darnos cuenta, ¿Es posible captar una pequeña parte del gran universo que somos como seres individuales? Es un poco difícil, sobre todo si no vemos más allá de nuestra nariz. La diversidad de pensamiento es lo que ha hecho este mundo habitable e inhóspito al mismo tiempo, una guerra se puede producir por un desacuerdo que tal vez entre tú y yo hubiéramos resuelto satisfactoriamente, otro nos dirá "Momento, la guerra era necesaria" y nos dará una clase magistral al respecto, pero nosotros seguiremos creyendo que había un modo menos engorroso de llegar a un acuerdo.

Aún así, seguimos insultando al otro, retirándole la mirada, mirándolo de arriba a abajo con desprecio después de que dijo tal barbaridad. En Venezuela, mi país, abunda la intolerancia. Y hasta es interesante vivir entre intolerantes, ser también un intolerante e igual decirle al otro que no lo sea. Es una batalla del día a día: ser tú mismo y expresarte, en una sociedad donde lentamente nos reprimen (y esta es mi opinión), nos quitan mucho y nos dan poco y entre iguales, entre venezolanos: "hay que tener cuidado con lo que dices... Pueden matarte por ello" Ya lo creo, bajo la inseguridad (algunos deben sumarle la personal) que vivimos u observamos, el colmo es también sentirnos así al momento de comunicar lo que creemos cierto, correcto, adecuado, preciso y digno de ser compartido y escuchado, porque para eso hablamos o escribirnos, para comunicarnos. Si el fin de comunicarse es que nadie te escuche, no tiene mucho sentido, para eso hablas contigo mismo.

Lo interesante no es qué dijo si no cómo lo dijo, ¿No? Pues yo agrego que lo verdaderamente interesante es "cómo... Lo interpreta" porque aún con las palabras más claras, obvias y sin que haga falta tener un coeficiente intelectual elevado para entenderlo, lo que decimos está directamente sujeto a la interpretación de quien lo escucha. Muchos dicen escuchar "desde su corazón" y yo puedo interpretar esto diciendo que esa persona siente lo que escucha. Vendrá otro a decir lo contrario o a dar una idea más precisa. Algunos otros tienen excelente audición y parecen sordos ante la opinión diferente o peor, ante lo que el otro es.

¡Cuánta amargura y cuánto egoísmo! Y pensar que estas personas también tienen alma, envenenada, pero aún funciona. ¿Saben qué? Bienvenidos sean, sin ustedes, amargados egoístas, este mundo sería aburrido. No imagino la existencia sin alguien diferente a mi, sin alguien que difiera de mi y diga "no estoy de acuerdo contigo" y a continuación exponga su pensamiento como un músico toca una melodía, que así me parezca disonante, tiene sentido dentro de SU mundo.

En este punto del post es cuando me leen y dicen "ahí está la psicóloga escribiendo como libro de autoayuda, como si fuera interesante lo que escribe" y me parece hermoso que alguien no necesite leerme, me parece genial que tengan la capacidad de criticarme; es posible entonces que también tengan la capacidad de mirarse al espejo sin sentir vergüenza y bajar la cabeza o cerrar la boca cuando les digan "tu opinión no es de mi interés, pero gracias por decirlo"

Aprender lo que es tuyo y lo que no lo es, definitivamente es un arte. Lo que mencioné en el párrafo anterior es mío y es de quien lo tome para sí. Lo que piensas será mío si yo así lo deseo. Hay dos tipos de decisiones "lo tomas o lo dejas"

Di lo que piensas, porque el día que dejes de hacerlo, dejarás de ser tú.