sábado, 26 de septiembre de 2015

Infidelidad 2.0





La infidelidad en la pareja es uno de los asuntos de los que más se hablan en reuniones sociales, donde cada quien expone su punto de vista al respecto y da paso a debates interesantes que permiten conocer las creencias que se tienen acerca de ser infiel. Algunos lo aceptan, toleran y hasta justifican, otros lo rechazan, lo condenan y expresan que jamás han sido ni serán infieles. Los medios para cometer una infidelidad se han expandido, sobre todo desde la aparición de las redes sociales, que sin duda facilitan los encuentros entre los infieles y sus amantes, dando camino a una nueva forma de vivir esta experiencia y también a que existan pruebas irrefutables del engaño cometido.

Algo que muchos no saben es que la concepción de ser infiel puede variar de persona en persona, respondiendo a sus valores y su ética al momento de llevar a cabo una acción que pudiera afectar a otro. En teoría todos somos buenos, ninguno es capaz de cometer una infidelidad y nos autocalificamos moralmente correctos e incorruptibles, ¿pero qué pasa cuando la tentación se hace presente y no se controla el impulso? Lo primero sería entender la o las causas que llevan a alguien a cometer una infidelidad, porque ser infiel también duele y en este sentido sería arriesgado convertirse en juez y señalar la conducta del otro cuando desconocemos si en algún momento nos van a ser infieles o si el infiel seremos nosotros.

Como ya lo mencioné, las redes sociales facilitan el hecho de ser infiel, pero no responden en su mayoría a una infidelidad consumada, ya que se ve expresada en conversaciones por chat, lo que conocemos como "sexting" y a plantear cualquier cantidad de fantasías que no trascienden el teléfono, la laptop o el computador; aquí cabe la pregunta: ¿será entonces una real infidelidad? Para los más moralistas, sin duda, lo es. Para ellos, que su pareja piense en otra persona ya es causal de separación y representa una traición que no perdonarían ni en esta ni en otra vida. Esta postura es la que conlleva a un sufrimiento más profundo y doloroso, porque basta con ver a la pareja escribiéndole un mensaje a otra persona para acusarlo de infiel. Para otros sólo es un mal momento que pueden dejar pasar, pero que reconocen podría afectar la confianza en cierta medida.

Entonces, ¿cuál es la mejor opción para los más celosos? La verdad, la mejor opción es confiar en la pareja y tratar de no acusar sin pruebas directas y concisas. No niego que más de una vez alguna mujer ha encontrado mensajes subidos de tono en el teléfono de su esposo, y sin justificar su falla (la de él) es importante preguntarse dónde está ubicado el nivel de desconfianza de esta mujer que le llevó a invadir la privacidad de su esposo y revisar su teléfono. En este punto queda evidenciado que no sólo el infiel actuó mal sino que también queda demostrada la desconfianza en la pareja y esta suele ser la causa más común para ser infiel.

Descubriendo la causa de la infidelidad se puede hablar de cómo intervenirla, si conviene dejar esa relación e ir por una mejor o perdonar la misma. Dejémonos de tonterías: sí hay personas que perdonan -auténticamente- una infidelidad y esto no los convierte en dependientes, pendejos, tontos o locos. Es necesario evaluar cada aspecto que llevó al otro a ser infiel, trabajar la culpa, soltar el resentimiento y poder continuar, no es acumular infidelidades y disculpas, se trata de revisar si en efecto esa infidelidad es “perdonable”. En mi opinión, el infiel es quien más trabajo terapéutico debe hacer y el engañado revisar si mejora su radar y encontrar a alguien mejor o comprender de dónde nació su desconfianza u otros aspectos negativos y cómo influyó en la relaciónEl infiel tiene una dificultad en el control de sus impulsos, así sea por las redes, le es fácil caer en la tentación, sin embargo, es un comportamiento que con la intervención adecuada puede cesar.

Siendo la infidelidad un acto individual, queda de parte del infiel si utiliza su error para mejorar su relación de pareja o continuar con este hábitoPuede que la popular frase "ojos que no ven, corazón que no siente" tenga sentido en este tipo de casos, sin embargo, funciona sólo si el infiel reconoce su falla, la mejora y no hace más daño a su relación evitando el comportamiento infiel y actuando en pro de la misma. Si no es posible, lo recomendable es romper el vínculo, aceptando que existe una conducta que no fue aprobada previamente y por lo tanto generará inevitablemente un daño en la pareja.

Es cierto que la confianza es pilar fundamental en la relación de pareja, también lo es el ser sincero y honesto, y sabemos que nadie que haya escrito un mensaje o enviado una foto subida de tono a un tercero, se lo va a comunicar a su pareja. Sabe a la perfección que hacerlo implicaría la ruptura de la misma. Entonces, ¿somos todos unos infieles y lo mejor es mentirle a nuestra pareja y quedarnos en eternos chats comprometedores? No. Recuerda: si consideras un acto infiel el que tu pareja se escriba con alguien más en un tono lujurioso, es lo mismo si tú lo haces. Si para ti no es considerado una infidelidad, lo mejor es que se lo dejes claro a tu pareja. La confianza y la comunicación entre ambos darán garantía -medianamente- de que hay fidelidad en la relación y si mantienen un mismo acuerdo acerca de ser infiel o no, no habrá reclamos innecesarios.

De todos modos, descubrir una infidelidad (intencionalmente o no) afecta la autoestima del engañado y de acuerdo con la connotación social del mismo es tomado como traición. Es válido si deseas dejar a tu pareja al descubrir que te fue infiel, también es válido si eres capaz de perdonar y continuar a pesar de ello. Es un trabajo de dos, no de ver quién fue el culpable y condenarlo, porque si bien es evidente que el infiel fue quien cometió la falla mayor, existe una causa. Lo ideal sería que dejara su pareja, relacionarse con quien le plazca y no causar daño a otro, pero sabemos que esto es sólo un ideal y que no siempre la realidad es así. 

No importa qué tan fácil sea ser infiel en estos tiempos donde la tecnología lo favorece, lo que realmente importa es que existan parejas que puedan tenerse confianza mutua y una comunicación efectiva para que entre ellos logren disminuir la probabilidad de buscar un tercero y romper una relación que quizá sea lo mejor que les ha sucedido en su vida.


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