domingo, 12 de abril de 2015

Jamás esperaba eso, pero es bienvenido



¿En cuántas ocasiones has estado haciendo algo que te gusta y aparece alguien, de la nada, y te dice "no te detengas, por favor. Continúa, lo haces muy bien"? Al responderte esta pregunta, revisa entre los tuyos quiénes han estado allí sin ser llamados, quienes te han brindado su apoyo aunque no lo hayas esperado, quienes se han tomado un minuto de su tiempo para darte ánimos, para demostrarte a través de una frase corta que está allí para ti y valora lo que haces.

Cuando decides iniciar un proyecto, una nueva meta, un nuevo camino, es natural sentir miedo a qué podría suceder y preguntarse constantemente: "¿Tendré éxito?", "¿Seré bueno en ello?", "¿Tendré reconocimiento?" y otras interrogantes que podrían, incluso, comenzar a cuestionar lo que quieres alcanzar. Existirá, indudablemente, esa porción de incertidumbre. Esa que muchos se niegan a aceptar, y además, la resistencia al cambio, el moverse de la zona de confort a un lugar desconocido y a su vez, el temor a fracasar y sumarlo a la lista de "mis no-logros" para de nuevo caer en esos pensamientos inadecuados e innecesarios que se convierten en par de bloques en los pies y que no te permitirán avanzar.

Es justo allí, en el génesis de ese cambio que si bien, muchas veces no esperamos que venga alguien a aprobar lo que queremos emprender, no está de más una frase que te inyecte un poco más de motivación, una "palmada en el hombro". En ocasiones, desconocemos que eso tan simple como se ve podría ser lo que encienda el motor y provoque que el otro finalmente se movilice. Un amigo y excelente dibujante me contaba que cuando era niño, lo apoyaron (no dijo quienes) con los dibujos que hacía, e incluso, actualmente recuerda algunos de ellos y según sus palabras, no eran tan buenos. Él me dijo "pero ¿qué me hizo continuar? Las palabras de aliento. La satisfacción de que pude crear algo, me mantenía firme y que por hoy, ya ves qué puedo hacer"

Allí está: no lo esperaba, pero lo recibo y lo acepto, lo hago mío y lo utilizo para seguir. Existen momentos donde creemos ciegamente en el "no puedo", "no lo voy a lograr", "ella/él fracasó, significa que yo también podría fracasar" y allí vamos agotando esa energía que puede ser para seguir, en mantenernos fijos en el mismo sitio. Además, la mayoría del tiempo no las expresamos sino que terminan formando parte del diálogo interno constante y parece ser una voz que no se va a callar, pero aún así, llega alguien que sin conocer lo que te sucede, te dice una frase que te recuerda que puedes continuar, que puedes hacerlo y nadie te tiene que decir lo contrario.

En este sentido, no estoy hablando de la típica demanda de atención, sino de aquella demostración de apoyo sin que sea solicitado. Se trata de ser espontáneo, de que las palabras pasen a ser reforzadores positivos y permitan que la conducta del otro se mantenga. Nadie tiene que estar sentado esperando que vengan a apoyarlo, pues la motivación es intrínseca, pero no es menos cierto que el apoyo por parte del entorno tiene un efecto positivo en cualquier persona que desee cumplir una meta. Funciona como un extra, porque no vas a detenerte si estás seguro de lo que quieres, pero sin duda, cuando reconocen cuánto vales, aceleras el paso.

La necesidad de estima y reconocimiento es una necesidad humana, cada una de las personas lo ha experimentado en algún momento de sus vidas, sería tonto negarlo. Aunque parezca "lógico" apoyar a alguien que está emprendiendo un nuevo camino, a algunos no les nace y pareciera que nadie se dio por enterado, aún así, no te desanimes; la persona que menos esperas podría estar cerca de darte ese empujoncito que te hará continuar. 

No olvidemos que esto podría ir paralelo a quienes quieren desmotivar, entonces es allí donde decides qué elegir: el que me apoya, o el que me quiere colocar más obstáculos. Si bien las observaciones de otros funcionan para conocernos mejor, echar a un lado lo positivo no tendrá ningún tipo de utilidad. No es lo mismo que te diga que podrías mejorar en algo y te diga cómo hacerlo a decirte "no sirves para nada. Olvídate de ello" y no explicarte por qué lo creo así. 

Será la importancia que le damos a las percepciones ajenas sobre nuestro desempeño personal, laboral, afectivo y social lo que le dará fuerzas a las palabras que nos digan, para bien o para mal. Jamás esperaba eso, pero es bienvenido. Yo sabré qué hacer con ello.


"Recuerda no criticar sólo por dañar, apoya con una palabra de aliento y no mates la pasión de otro creyendo que saldrás beneficiado con ello" Jorwin G.

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