jueves, 7 de noviembre de 2013

¿Nos deseamos?





El deseo sexual es básicamente un estado que nos moviliza, nos atrae, provoca e impulsa, es aquella ansiedad que desencadena una lluvia de sensaciones en nuestro cuerpo al observar o imaginar lo deseado. También, el deseo sexual puede ser definido como libido, es decir, la energía psíquica de las pulsiones sexuales. Este término acuñado por Sigmund Freud hace referencia a la manifestación de lo sexual en la vida psíquica. Al Eros de Platón, Freud llega a llamar libido a la energía del Eros. Es preciso indicar que desde el punto de vista fisiológico, el deseo es la primera fase de la respuesta sexual (tanto femenina, como masculina), se da antes de la excitación y por supuesto, el orgasmo. 

El tiempo para desear a alguien varía de un individuo a otro, debido a la subjetividad de esta condición. ¿Se han sentido absolutamente atraídos físicamente por alguien sel sexo opuesto (o el mismo sexo)? ya eso es una manifestación del deseo, de una libido elevada que comienza a recorrernos el cuerpo y que algunas personas controlan mejor que otras. En principio el deseo suele aparecer con mucha intensidad y variará de acuerdo con el estado anímico de quien lo experimente. Puede mantenerse a través del tiempo y convertirse en una condición más estable y duradera; sucede esto cuando iniciamos una relación afectiva con alguien y aunque pase el tiempo, seguimos deseando a esa persona (dicen muchos que "como el primer día")

La atracción sexual está compuesta de aspectos cognitivos, afectivos y biológicos. Se ha conocido que las mujeres son más selectivas sexualmente, ¿Ustedes qué creen? Desde el punto de vista social, esto podría ser bastante cierto, porque es común observar eso de "el hombre propone, la mujer dispone". En lo más primitivo se halla la búsqueda de la reproducción de la especie, pero como seres pensantes, emocionales y sociales buscamos más que sólo reproducirnos. Desear a alguien es todo un arte, nos llenamos de pensamientos, de muchísima emoción y en ocasiones, nos dejamos llevar por lo que conocemos como pasión

¿Cuántos no han tenido relaciones sexuales con una persona "sólo por sexo"? o porque el amigo lo sugirió (sí, existen estos casos), o quizá una apuesta. En la mayoría de esos casos hubo al menos un deseo y si no, de seguro fue la peor noche que pasaron en sus vidas. El acto sexual sin deseo no podrá desencadenar las otras fases de la respuesta sexual. En analogía, sería como comer un gran banquete sin tener apetito.

"¿Nos deseamos?" es una pregunta que algunas parejas se hacen cuando ya ha pasado la euforia de los primeros años (a algunos les sucede a los meses) de relación. En ocasiones, la disminución de la libido puede deberse a que la atención de la persona se encuentra enfocada en otros estímulos o agentes estresores que dificultan la aparición de ese impulso, por ejemplo: a problemas cotidianos con la pareja, al desempleo, crisis económica, un duelo, entre otras muchas razones que pudieran interferir en la experimentación del deseo.

En este mismo orden de ideas, las parejas tratan de evadir el tema, llevan a cabo otras actividades y dejan a un lado el sexo "porque eso no es tan importante", cuando ese aspecto es tan prioritario como otros dentro de la relación afectiva. No tenemos que esperar a que de un instante a otro se segregue la oxitocina para estar con la persona que amamos, si bien antes de amarla el deseo era más intenso, ahora se halla en la fase de la pasión, porque ahora existe un lazo afectivo.

Un buen chocolate, abrazos, caricias, besos, un preludio inolvidable, eso haría que la libido aumentase considerablemente y hasta quien se considere frío en la cama, podrá encenderse. La valoración cultural que le damos a las formas de propiciar el deseo en el otro, ha sido de las mayores dificultades para el mismo, porque estando inhibidos será muy complicado alcanzar un estado donde claramente se experimente la sensación de atracción de tipo sexual. Los filtros de nuestra mente, el sistema de creencias, nos alejará o nos acercará a sentir la necesidad de estar con otra persona.

Por otro lado, hay personas que dicen ser "demisexuales", este término se refiere a quienes sólo pueden mantener relaciones sexuales con quien mantengan una unión afectiva, descartando a las personas por las que no siente nada. En este punto, es comprensible que muchas personas mencionen sentir mayor placer sexual con quien aman a diferencia de tener sexo con alguien por quien no sentían amor. Entonces, ¿El deseo está relacionado con lo que sienta por esa persona? Sí, íntimamente relacionados. Sin embargo, es posible sentir deseo hacia alguien que no amamos, sólo la atracción física podría ser suficiente, lo que variará será la intensidad y esto por supuesto, depende de quien lo experimente.

Olvidando un poco lo convencional lograremos que nuestra pareja nos diga constantemente lo mucho que nos desea, ¿Quién no se siente muy alegre al saber que esa persona sólo tiene ojos para estar con uno? ¿Qué se gana con tanto pero al momento de, por fin, estar con él (o ella)? ¿Qué tan difícil es esforzarse por aumentar el deseo propio y el del otro? estas preguntas llevarían al camino adecuado para experimentar a plenitud el deseo sexual. Con una vida saludable en cuanto a emociones, habrá mayor espacio en nosotros para sentir deseo por nuestra pareja.

Si dudas del deseo hacia tu pareja, tal vez no has empezado a hacer lo propio para desearla. La libido puede encontrarse arriba o abajo dependiendo de cómo nos manejemos cotidianamente; si ellas o ellos son más sexuales, no se discute, siempre estará ligado a las diferencias individuales, a la percepción de cada ser humano sobre lo que es desear más o desear menos a alguien y, muy importante, a su forma de experimentar sensaciones.



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